Homenaje Columna Durruti. Madrid. 15 noviembre 1936 - 2025. 2ª Parada. Parque del Oeste Monumento Concepción Arenal (Esquina Pº Rosales con Pº Moret)
Homenaje Columna Durruti. Madrid. 15 noviembre 1936 - 2025.
2ª Parada. Parque del Oeste Monumento Concepción Arenal (Esquina Pº Rosales con Pº Moret)
2ª Parada. Parque del Oeste -Monumento Concepción Arenal (Esquina Pº Rosales con Pº Moret)
Columna Durruti . Julio de 1936 a 15 de noviembre de 1936.
Relación con las colectividades
Uno de los grandes aportes de la Columna Durruti, es la creación a su paso de colectividades donde se pone en práctica el comunismo libertario, fase que se ha denominado como "el corto verano de la anarquía" y que se anuló en 1937 devolviendo las tierras a sus propietarios.
La Columna era la imagen de la sociedad sin clases por la cual se luchaba. Y alrededor de ella fueron creándose Colectividades campesinas que abolieron el dinero, el asalariado y la propiedad privada.
"Las relaciones que se habían establecido entre las colectividades en el sector que ocupaba la Columna Durruti y la propia Columna eran sumamente fraternales. Los campesinos visitaban la Columna, bien fuera para traer víveres o para pedir a Durruti que visitara la colectividad y les diera su opinión de cómo marchaban allí las cosas. Durruti, generalmente, accedía de buen grado, y si no podía enviaba a ostro compañeros de la Columna que pudieran dar su opinión. En el curso de las visitas que efectuó Durruti a las diversas comunidades, valoró la importancia que dicha obra colectivista podía tener para la expansión revolucionaria, y también estimó los peligros a que esa expansión colectivista estaba expuesta si no llegaba a constituir una fuerza unida. Y sugirió a los campesinos que crearan una federación que comprendiera todas las colectividades formadas en Aragón. Esa federación, les dijo, no sólo os dará una fuerza organizativa, sino que os permitirá también elaborar planes de conjunto que puedan poner en marcha una economía socialista libertaria. (Abel Paz. Durruti en la Revolución Española, 1986 pg 548)
Organización basada en la solidaridad, y el apoyo mutuo, frente a otras opciones militarizadas.
La disciplina descansaba en el propio carácter del voluntariado: libremente consentida, apoyándose en la solidaridad de clase. Las órdenes se daban de compañero a compañero. La representación delegada no confería privilegio alguno. El principio era igual de derechos y deberes. La coacción moral del medio social suplía el carácter punitivo de los códigos militares.
La estructura u organización de la Columna fue surgiendo sobre la marcha, renunciando a aquello que no servía y reemplazándolo por otro modo que cumplía mejor la función. Fue un proceso experimental, comenzado ya el 22 de julio, cuando se dieron los primeros toques entre los voluntarios que acudían a los sindicatos. No se podía considerar obra de nadie, porque había sido una obra colectiva, en la que cada uno colaboraba con su iniciativa.
Pero esta estructura no era útil para el Gobierno de la República que en octubre de 1936, decretó la militarización de las milicias populares, incluyendo a la Columna Durruti, provocando un fuerte malestar entre los milicianos anarquistas, porque fue percibida como un obstáculo para la revolución, ya que buscaba disolver los comités, poner la guerra bajo control de la burguesía y del Estado.
En septiembre de 1936 Durruti se traslada a Madrid para buscar armas, entrevistándose con el Ministro de la Guerra, sin resultados. Su objetivo eran armas para poder tomar Zaragoza, pero solo obtuvo buenas palabras.
El Decreto de militarización había sido apasionadamente discutido en la Columna Durruti, que había decidido no admitirlo, porque no podía mejorar las condiciones de lucha de los milicianos voluntarios del 19 de julio, ni resolver la crónica falta de armamento. Durruti firmó, en nombre del Comité de Guerra, un escrito de rechazo a la militarización que dirigió al «Consejo» de la Generalidad, fechado significativamente en el Frente de Osera ese mismo uno de noviembre en el que se reponía el odiado Código Militar monárquico. La Columna negaba la necesidad de una disciplina de cuartel a la que oponía la superioridad de la disciplina revolucionaria: «Milicianos sí; soldados nunca».
El cuatro de noviembre de 1936 Buenaventura Durruti se pronunció en contra del Decreto de Militarización en un discurso radiado a las nueve y media de ese día, donde hablaba como Delegado de la Columna, decía que los miembros de la Columna se declaraban dispuestos a no cejar en la lucha, recordaba a los trabajadores su condición de militantes revolucionarios y advirtió a la Generalidad que si la militarización era para infundir miedo y disciplina de hierro, se equivocaban. No se luchaba por la República o la democracia burguesa, sino por el triunfo de la revolución social y la emancipación del proletariado.
“La guerra que hacemos actualmente sirve para aplastar al enemigo en el frente. Pero ¿es éste el único? ¡No! El enemigo es también aquel que se opone a las conquistas revolucionarias y que se encuentra entre nosotros, y al que aplastaremos igualmente” (B. Durruti). Muchos eran los que empleaban el lenguaje que utilizaba Durruti, pero existía una diferencia, y el pueblo la había captado. Con Durruti la teoría y la práctica se conjugaban al mismo tiempo. Durruti decía no al militarismo, y mantenía ese principio sin disfrazarse de militar; decía no a los privilegios, y vivía entre los milicianos como uno más de ellos. Luchaba por una sociedad sin clases, y la práctica cotidiana de la Columna era la que más se aproximaba a ella. El crédito de Durruti residía en su continuidad revolucionaria.
La consecuencia inmediata del discurso
radiofónico fue la convocatoria por Companys al día siguiente, el 5 de
noviembre a las once de la noche, de una reunión extraordinaria en el
Palacio de la Generalidad de todos sus consejeros, ampliada a los
representantes de todas las organizaciones políticas y sindicales, para
tratar la creciente resistencia al cumplimiento del decreto de
militarización de las milicias, así como al de disolución de los comités
revolucionarios y su sustitución por ayuntamientos frentepopulistas.
Era necesario enfrentarse a los incontrolados como Durruti.
El 6 de noviembre el Consejo de Ministros de la República decidía, mediante una unanimidad que incluía el voto de los cuatro ministros anarquistas, la huida del Gobierno de un Madrid asediado por las tropas fascistas.
El 9 de noviembre un Pleno de Locales y Comarcales de la Regional catalana acordó ordenar a Durruti su inmediata incorporación al Frente de Madrid.
El día 15 una parte de la columna Durruti combatía ya en Madrid.
Batalla de Madrid ,15 de Noviembre de 1936. Batalla de la Ciudad Universitaria. Situación del frente. Historias y evolución
El 8 de noviembre, comienza un asalto para llegar a Madrid por la Casa de Campo y ocupar la zona comprendida entre la Ciudad Universitaria y la plaza de España. Este ataque frontal inicial fue muy cruento en ambos bandos, y produjo un avance de líneas muy lento que dirigía el eje principal de esfuerzo a través de la Casa de Campo hasta la ribera del río Manzanares. Es en esta rivera donde las tropas asaltantes vieron la necesidad de avanzar hacia los puentes que se encontraban fuertemente defendidos por las tropas milicianas.
Fue el día 13 de noviembre cuando los sublevados consiguen colocar su primer escalón en el Manzanares, entre el Puente de los Franceses y el Hipódromo, ocupando un frente aproximado de mil metros, aunque sin pasar el río.
Tras varios intentos fallidos de intentar cruzar el Manzanares, el martes 15 de noviembre de 1936, las fuerzas sublevadas cruzaron el río para intentar la toma de Madrid. El paso lo hicieron tropas a pie acompañados por unos quince carros de combate Panzer I (“negrillos”), de los cuales dos fueron destruidos y casi la mitad de los restantes quedaron atascados en el lecho del río. Esa misma noche se tendió una pasarela de madera para facilitar el tránsito de tropas y suministros. Ese día las tropas rebeldes llegan a la Ciudad Universitaria donde son repelidas, alcanzando el Hospital Clínico.
En lo que ahora es el Parque del Oeste, se sitúa el frente de batalla, que permanece casi sin cambios hasta el final de la Guerra.
Las Mujeres en la Columna Durruti
Estando frente al monumento a Concepción Arenal, pensadora, reformadora social e introductora del feminismo en España que, aunque alejada de nuestras Ideas, nos permitirá hablar de la
importancia de Mujeres Libres y la participación de mujeres en el frente de batalla.
En el Congreso de Zaragoza de mayo de 1936, sobre el concepto confederal del Comunismo Libertario, se adopta la concepción de Bakunin sobre la completa igualdad de la mujer y del hombre, que reivindicaba la completa igualdad de derechos y deberes para los dos sexos y era la más extendida, al menos a nivel teórico, entre los anarquistas.
Entre los militantes anarquistas fue Antonio Morales Guzmán quien defendió con más asiduidad la emancipación de la mujer destacando la urgencia de una plena participación de la mujer, tanto en el trabajo como en la lucha social. Criticó la actuación de los muchos militantes e intentó demostrarles la contradicción entre su lucha por la igualdad y la libertad en el terreno económico y social y su actitud autoritaria en el hogar.
Por esta discrepancia entre la auténtica igualdad entre los sexos, proclamada a nivel de principios por el movimiento libertario, pero no realizada en la práctica, junto al relativo fracaso del movimiento liibertario para atraerse a las mujeres obreras, surgió, en abril de 1936, la organización femenina Mujeres Libres cuyas fundadoras fueron Lucía Sánchez Saornil, Mercedes Comaposada y Amparo Poch y Gascón.
Mujeres Libres se desarrolla desde 1936 a 1939 y llegaron a componer unas 147 agrupaciones, que reunían a unas 20.000 afiliadas, en su mayoría de clase obrera.
La organización consideró siempre como su finalidad primordial la liberación de la mujer, y en especial de la mujer obrera, de la triple esclavitud que recaía sobre ella: esclavitud de la ignorancia, esclavitud como productora y esclavitud como mujer. Al mismo tiempo, durante la guerra, la organización asumió la tarea de incorporar a la mujer a la producción. El desarrollo de la organización femenina libertaria tuvo lugar en un período histórico de gran tensión social y fue este mismo momento histórico, de guerra y revolución, el que determinó de cierta manera el auge de Mujeres Libres. El ambiente catalizador de guerra hizo que muchas mujeres salieran de su tradicional papel pasivo y tomaran parte activa en el proceso productivo y en la vida social. Mujeres Libres quiso canalizar esta intervención espontánea de las mujeres mediante la integración permanente de la mujer en la lucha social y en particular en la defensa constante de las conquistas revolucionarias de la clase obrera.
Milicianas
Con el estallido de la Guerra Civil y el comienzo del levantamiento popular los horizontes revolucionarios se ampliaron. La sensación de que todo nuevo comienzo era posible, que existía una posibilidad real de ganar la contienda y con la victoria cambiar el mundo, inundó los medios y los carteles propagandísticos. El final de la guerra no estaba escrito, y un futuro abierto alimentó las expectativas de mujeres y hombres en aquel contexto. Las Milicias Populares, surgidas en estos primeros meses de conflicto y formadas por voluntarios, fueron la representación de esa posibilidad de que la revolución fuera factible. Las milicianas, mujeres voluntarias que se alistaron junto con los hombres en las milicias organizadas fuera de los cauces oficiales, fueron el reflejo de estos ideales y una figura que encarnó la esperanza de cambio. Sin embargo, esa esperanza popular se fue apagando según avanzó la guerra civil y, con ella, también fue desapareciendo la propia figura de la miliciana. El decreto de Militarización de Largo Caballero parece el punto de inflexión donde la mujer miliciana pasa de heroína a prostituta
A la Columna Durruti, al igual que otras columnas se unieron muchas mujeres. Por poner algún nombre, podemos hablar de
Libertad Ródenas. En julio de 1936 salió con la Columna Durruti hacia Aragón, y al frente participó como una miliciana más en la conquista de Pina de Ebro. Se ocupó de la marcha hacia Barcelona de los niños aragoneses evacuados de los frentes de guerra, por encargo de Durruti. Colaboró también en las actividades de "Mujeres Libres" y en su órgano de propaganda.
Pepita Inglés. Participó en la supresión del golpe de Estado de julio de 1936 en Barcelona luchando contra los sublevados en las calles de la ciudad el día 19 y el 24 parte junto a su compañero hacia el Frente de Aragón enrolada en la Columna Durruti. Marcha con otras mujeres milicianas como Palmira Jul, Azucena Haro o Emilienne Morin, además de muchas otras cuyos nombres han quedado en el anonimato. Participó en la toma de Pina de Ebro, durante la cual murió su compañero Mariano Sánchez. Ella se incorporó a la sección de tanques, y condujo diversos vehículos blindados surgidos de los talleres de metalurgia de la ciudad condal muriendo en combate en el Frente de Aragón en 1937.
Émilienne Morin. En julio de 1936 se unió a la Columna Durruti en el frente de Aragón. Ya en agosto, Morin figuraba entre los administradores del cuartel general de la Columna, donde estaba a cargo de la oficina de prensa. Compañera de Durruti desde que se conocieron el 14 de julio de 1927, tras su muerte regresó a Francia con su hija.
Durruti y el feminismo
Hay una historia largamente repetida, en la que Buenaventura Durruti reconviene a un compañero que le enrostra que está cuidando niños y lavando platos. Durruti le responde que él baña niños, hace de comer, limpia la casa y lo que haga falta, porque la que lleva el jornal a la familia es su mujer, que es la que trabaja. Y le recomienda al compañero, que ponga manos a la obra para lo de la igualdad entre hombres y mujeres y esas cosas.
Pero Emilienne Morin, recordaba esto en una entrevista hace años «[Durruti] tenía la mentalidad de la época. Todos los anarquistas españoles no hacían más que hablar del amor libre y el anarquismo y eran incapaces de cocinar o de bañar a sus hijos. En su casa eran siete hermanos y Rosa la única mujer. Hasta que se casó, y ya era muy mayor, no hizo otra cosa que hacerlo todo por ellos: la casa, la ropa, la comida…, ni a la mesa para comer se sentaba. Y a su madre, la abuelita, aún le parecía poco. Durruti sabía que yo tenía razón y por eso no podía llevarme la contraria. Alguna vez bañaba a la niña o me ayudaba a pelar patatas, pero muy de cuando en cuando. Recuerdo un domingo en Bruselas: él se había pasado toda la mañana charlando con sus compañeros y llegó a comer. “No he guisado nada —le dije—; yo también tengo derecho a disfrutar los domingos, ¿no crees? Comeremos en un restaurante”. No le gustó mi actitud de momento, pero no pudo decir que no. Hubiera sido un poco violento para un anarquista, ¿no?».
Los tiempos son lo que son, y lo que es de destacar es el comportamiento de intentar conseguir una igualdad efectiva entre géneros como única vía para una revolución social, los cambios llevan su tiempo pero si no se intenta jamas se logra.
Vídeos
HIMNO DE MUJERES LIBRES .Lucía Sánchez Saornil (Madrid, 1895-Valencia, 1970)
Puño en alto mujeres de Iberia,
hacia horizontes preñados de luz
por rutas ardientes,
los pies en la tierra,
la frente en lo azul.
Afirmando promesas de vida
desafiemos la tradición;
modelemos la arcilla caliente
de un mundo nacido
del dolor.
Que el pasado se hunda en la nada.
¡Qué nos importa del ayer!
Queremos escribir de nuevo
la palabra Mujer.
Adelante, mujeres del mundo,
con el puño elevado al azul.
Por rutas ardientes.
¡Adelante,
de cara a la luz!
Revista Mujeres Libres, n.º 12, mayo de 1938
Documental: Indomables Una Historia de Mujeres Libres. El objetivo de este trabajo es, a parte de rescatar del olvido a estas mujeres, es evidenciar la invisibilización a la que se someten, no solo a Mujeres Libres sino a otras mujeres y grupos de mujeres que por coherencia llevan hasta el final su disidencia y se mantienen al margen de estructuras preestablecidas.


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